Una ciudad-fortaleza enclavada en el cerro de la Mota en Alcalá la Real (Jaén), que junto a sus gobernadores fue protagonista en el devenir de al-Andalus.

Una carretera serpenteante nos llevó hasta lo más elevado de Alcalá la Real, en la provincia de Jaén. Allí se nos presentó la impresionante fortaleza de la Mota. Estábamos a más de 1000 metros de altura, frente uno de los más complejos sistemas defensivos de al-Andalus.

Esta impresionante fortaleza de la Mota, se localiza en el extremo sur-occidental de la provincia de Jaén, enclavada en las Sierra Subbética Oriental. Su situación privilegiada permitía vigilar los caminos entre las provincias de Jaén, Córdoba y Granada entre el alto valle del Guadalquivir y el Mediterráneo. Desde esta formidable fortaleza, sus gobernadores divisaban y controlaban un amplio territorio, con el apoyo de un cinturón de atalayas diseminadas entre el paisaje. Esta ciudad-fortaleza contaba con una alcazaba, una zona residencial, una medina y un recinto exterior.
El inicio de su historia
Se sabe que hubo asentamientos humanos desde el Neolítico. Los romanos conocían el valor estratégico de este enclave. La fortaleza se menciona en las fuentes árabes, bajo el nombre de Qal´at Ashtalir o Qal´at Yahsub, en honor a su gobernador en el momento de la proclamación del emirato Omeya bajo abd ar-Rahman I, en el siglo VIII. Los banu Yahsub eran de origen yemení, gobernaron la fortaleza entre el 713 y 929.
A finales del siglo IX la fortaleza fue protagonista de los enfrentamientos entre el poder central del emirato y los muladíes, encabezados por el rebelde ibn Mastana. Ya en el siglo X, el califa abd ar-Rahman III había consolidado al-Andalus, cuando el gobernador de Qal´at Yahsub juró fidelidad al poderoso califa Omeya.

Debemos esperar hasta el siglo XI, después de la abolición del califato Omeya, cuando Alcalá la Real, entra con más fuerza en la historia de la mano de los ziríes de Granada. El segundo rey taifa de Granada, ´Abus fue el que incluyó a la fortaleza de la Mota y la región bajo su dominio.
Los ziríes realizaron importantes modificaciones y la convirtieron en una fortaleza más robusta. Esta fortaleza fue ambicionada por los reyes taifas de Sevilla, quienes mantuvieron cruentas batallas frente a los ziríes granadinos. Aquí se reunieron el rey zirí Abd Allah con Alfonso VI para el cobro de la parias. Incluso el rey castellano Alfonso VI se hizo con ella durante un año, en 1074 cuando el rey zirí abd Allah no cumplió, supuestamente, con su parte del tratado.

Época de esplendor
Esta época se inicia de la mano de la familia Sa´id, quienes a lo largo del siglo XII colocaron a Qal´at Yahsub en lo más alto del panorama cultural andalusí. Tanto que la fortaleza fue conocida también como Qal´at Sa´id. Alcalá gozaba de un inmenso prestigio político, militar y cultural. En esa época se llevaron a cabo amplias reformas urbanísticas y arquitectónicas en la alcazaba, el arrabal, la residencia del gobernador y la construcción de varias puertas.
«Águila de al-Andalus que alcanza a coger los botones que adornan el cielo, desde que empezaron a brillar la gloria y la distinción. Es una rábida para la lucha en la senda de Dios y una torre de magnates y esclarecidas personalidades» – al-Hiyari, siglo XII.
Dinastía de los banu Sa´id
El fundador de la dinastía de los banu Sa´id, se llamaba abd al-Malik, supo defender su ciudad-fortaleza y su territorio. Como señor de Qal´at Sa´id, firmó un tratado con los almorávides, en el cual los habitantes de la fortaleza podían mantenían cierta independencia, al mismo tiempo que mantuvieron relaciones políticas con los almorávides. De hecho un miembro de la familia sa´adí obtuvo el puesto de gobernador de Granada, entre los años 1127 y 1137.

Hacia 1143 entre el desmoronamiento de los Almorávides y el auge de poder Almohade en al-Andalus, los señores de la fortaleza de la Mota se hicieron independientes. Debemos recordar, que no lejos se encontraba el bastión de ibn Mardanish con quien los banu Sa´id, al parecer, pudieron haber colaborado. En este punto la historia se complica, así que no voy a profundizar para no desviarme del tema.

Los banu Sa´id se resistieron al sometimiento Almohade hasta que en 1154-56, el propio califa almohade abd al-Mu´min cruzó a al-Andalus desde Marraquech e impuso su poder. Nombró a uno de sus hijos, ´Utman, gobernador de Granada. Los banu Sa´id mantuvieron, a partir de entonces, una relación de colaboración con los nuevos dirigentes, al tiempo que mantuvieron cierta independencia. Algunos miembros de la familia sa´adí ostentaron altos cargos en la administración almohade en Granada, como por ejemplo, Ahmad, quien fue secretario y hombre de confianza de ´Utman.

Si me permiten un impass:
En esta época tuvo lugar una apasionada historia de amor entre Abu Ya´far, miembro de los banu Said y la poetisa Hafsa bint al-Hayy ar-Rakuniyya. Esta historia ocurrió en Granada en el siglo XII, donde estos jóvenes expresaban su amor en poemas. El era poeta, y un tanto bohemio y ella era poetisa, de familia noble. Ellos se amaron apasionadamente, aunque él en ocasiones «desaparecía», mientras ella moría de celos. Todo transcurría con cierta normalidad, hasta que entró en juego un tercer personaje: el flamante gobernador almohade de Granada, ´Utman, hijo del califa. ´Utman se encaprichó de Hafsa y llevado por celos destruyó su relación y además acabó con la vida de Abu Ya´far, mientras que Hafsa murió en vida. Esta historia bien se merece un artículo.
Mejor sigo con Qal´at Sa´id para no perder el hilo.
Los banu Sa´id
La familia Sa´id es una de las que más información aportan las fuentes, indicando que su linaje se remonta hasta un compañero del Profeta Muhammad, a través de 14 ascendientes directos. El primer Sa´id llegó a al-Andalus con las tropas de Musa procedentes del Yemen. Fue una familia de gran prestigio sobre todo en la cultura, muchos de sus miembros fueron literatos, geógrafos, historiadores. El más destacado miembro de esta familia fue ´Ali Ibn Saíd al-magribí, el último de este extenso linaje andalusí.
Su biógrafo ibn al-Jatib dijo de él: » … fue la joya central del collar que forma su familia, el más sabio de su tierra, la perla de su país, autor y compilador, gran viajero, personalidad original, buen informador, extraordinario en su peregrinar por el mundo, en frecuentar a los poderosos, disfrutar de grandes bibliotecas y en acopiar interesantes datos acerca de Oriente y Occidente.»
Fue autor de varias obras relacionadas con la historia de su familia, la geografía, la historia, la poesía y literatura. Ibn Sa´id apodado «al-Magribí» o «al-Andalusí».
Al-Mugrib fi hulá al-Magrib
La obra fundamental en la que participa ibn Sa´id es «Al-Mugrib fi hulà al-Magrib». Se trata de una gran obra colectiva, escrita a lo largo de 115 años por seis miembros de la familia Sa´id, hasta que ibn Sa´id la culminó y publicó en 1248 en El Cairo. Al-Mugrib es la más valiosa antología poética y literaria, con pinceladas geográficas e históricas de sus autores y lugares. El sentido de esta obra, puede haber sido el temor de la pérdida de la cultura andalusí, ante el evidente avance castellano y la progresiva pérdida de territorio andalusí. De esta manera, esta obra y otras de la época se redactaron con la intención de salvaguardar la poesía y literatura de al-Andalus. Un extracto del Mugrib es la obra titulada en castellano «El libro de las banderas de los campeones«, que Sa´id escribió en El Cairo y dedica a su mecenas Musa ibn Yagmur.

Final de los banu Sa´id en al-Andalus
Después de la derrota andalusí de la batalla de Tolosa en 1212, los banu Sa´id permanecieron unos años más en al-Andalus hasta que decidieron abandonar su patria. A partir de ahí comenzó para ´Alí ibn Sa´id comenzó un largo periplo de viajes por Oriente hasta que se estableció en Túnez donde murió.
Se conservan, por suerte, muchas de sus obras, donde describe sus rutas y viajes, donde habla de sus orígenes, de su familia, donde añora al-Andalus en toda su grandeza y esplendor y obras en las que recoge a modo de antología la poesía andalusí, con pinceladas de sus autores, sus lugares de orígenes y la época histórica en que les tocó vivir.
Qala´t Said comenzó entonces otro período de esplendor bajo los narazíes:
La fortaleza pasó entonces bajo el mando del emir Ibn al-Ahmar de Arjona, fundador de la dinastía nazarí. Durante su período se realizaron numerosas obras, convirtiéndola en inexpugnable. Se construyeron puertas, torres y murallas robustas, que protegían tanto el interior de la fortaleza como el entorno.

Debido a su carácter fronterizo, la suerte de la fortaleza de la Mota fue incierta, ya que entre los siglos XIII y XIV el control de la misma pasó de manera sucesiva de manos castellanas a andalusíes. Podrían pensar que fue una época terrible de violencia, sin embargo, hubo más períodos de paz, que de guerra. Hasta que en el caluroso mes de Agosto de 1341, el rey Alfonso XI, después de ocho largos meses de asedio, mandó talar los árboles y con el uso de artillería logró conquistar la fortaleza de la Mota.

La vida en la fortaleza en tiempos de frontera
Después de la conquista castellana en 1341 y hasta 1492 esta ciudad-fortaleza marcaba la frontera con el reino nazarí de Granada. Era un lugar inseguro, con escaramuzas y la presencia de almogávares ( guerrillas cristianas que combatían a pie en esa zona de frontera ) La población tenía mentalidad de frontera. Los campesinos estaban militarizados y la nobleza estaba integrada en órdenes militares. Todos ellos mantenían fuertes convicciones que les servía de motivación para seguir viviendo en la fortaleza.

En ese espacio de frontera Alcalá la Real tuvo un papel fundamental para el comercio. Fue un puerto concurrido, ya que era un paso obligado. En Alcalá confluían los caminos entre Jaén, Córdoba y Granada. En época de paz había un tránsito permanente de mercaderes, en caravanas de comerciantes, manadas de ganado, soldados y gente de diversas religiones y condición social.

Desde la fortaleza de la Mota se vigilaba la recaudación de los aranceles, su aduana gravaba a hombres, animales y mercaderías. Entre los siglos XIV y XV se convirtió en un centro comercial y aduanero importante, donde el poder político atrajo a familias nobles con ambiciones. Los reyes les otorgaban derechos específicos, beneficios fiscales y privilegios. Estos nobles necesitaban personal andalusí, tanto judíos como musulmanes para atender las cuestiones diarias como intermediarios. Algunas de ellas incluso llegaron a enfrentarse por el control de la alcaidía de la ciudad fortaleza.

Se incentivó, sobre todo a la nobleza, otorgando exenciones tributarias y concesiones de cereales. De esta manera, familias castellanas, se establecieron en el interior de la fortaleza, conviviendo con los mudéjares, los cuales realizaban labores de artesanía, agricultura y ganadería. Comenzó la reorganización de la fortaleza, como consecuencia cambió su aspecto. Las mezquitas fueron transformadas en Iglesias y el alcázar en palacio abacial.



La fortaleza de la Mota después de 1492
Después de la toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492, la robusta ciudad-fortaleza dejó de tener su función defensiva. Los reyes recompensaron a sus habitantes con el privilegio del vino, por lo que las familias nobles siguieron viviendo en el interior de la fortaleza, a lo largo del siglo XV y XVI levantaron sus casas-palacios, con patios, lagares y establos, manteniendo así un centro de poder civil y religioso.

Sin embargo, la gente humilde la fue abandonando, para establecerse en los arrabales de sus laderas. El proceso de despoblación del interior de la fortaleza continuó a lo largo del siglo XVII.

En el siglo XIX a raíz de la invasión francesa, la ciudad-fortaleza fue volada y arrasadas gran parte de sus murallas y torres. La iglesia fue utilizada como almacén, cuando se marcharon la incendiaron. Destinos parecidos sufrieron muchas otras fortalezas medievales, como el castillo de Niebla (Huelva).
La fortaleza de la Mota es una de las protagonistas de una red de castillos de frontera en la provincia de Jaén, Córdoba y Granada. Una visita a Alcalá se complementa con su amplia oferta gastronómica y paseos en entornos naturales.

«El libro de las banderas de los campeones» de ibn Sa´íd al-Magrabí fue traducido por el arabista Emilio García Gómez y esta publicado por la editorial Seix Barral.
Aquí tienen un plano de la fortaleza de la Mota. Pueden pinchar sobre el enlace para abrir el pdf.
Muy buen artículo.
Felicidades
Great article.